Hoy me levanté con intensiones de arreglar mi existencia después de una larga noche de insomnio. Busqué señales para saber por dónde comenzar y contemplé el mundo que había tras mi ventana, un mundo que se reducía a dos árboles, un joven sol brillante y el viento de invierno. Buscaba algo más, algo distinto a lo cotidiano, algo extraordinario; sin embargo, lo extraordinario estaba ahí, en lo cotidiano.
Uno no nota las señales de la vida, pues vivimos preocupados por un sin fin de cosas y no estamos atentos cuando la vida manda sus respuestas.
Amaneció y yo desperté
Video creado por Nardo.